Nunca había sido tan específico en un título, por lo general el significado se da a medida que uno lee el resto de conglomerado de letras; pero esta vez se apega tan a la realidad... Volver a la Clínica Guayaquil.
La suma de eventos que me devuelven a ese torbellino (en orden de aparición y gravedad) son:
- Un mensaje equivocado a mi exjefe Enrique Boloña (resulto que el cumpleañero era otro Enrique), y la pregunta de rigor de su parte; "crees que puedes cubrir algunas guardias cuando se te necesite?". Talvez el hecho de no saber que es un paciente crítico en aproximadamente 1 año de mi "épica" vida de paramédico 5, activo ese morbo; y como le diría una adolescente sedienta de sexo a un cortejante eyaculador precoz: "lo pensaré.."
- La búsqueda constante de la razón del porqué o por donde se me va el sueldo, sin darme gustos a mi ni a mi compañera, sólo espectando como se diluye en arenas movedizas. La impotencia de no poder dar algo más a una morada sencilla. Un mueble, una mano de pintura, etc. El modo de vida media se volvió caníbal hacia mi.
- La inagotable esperanza de un posgrado que me quitará ingresos extras. Deberé funcionar a doble motor.
En fin, comienza de nuevo el ciclo de estrés, aprendizaje, alucinaciones, peleas de pareja, reconciliaciones orgásmicas, envejecimiento prematuro, y alteración de ritmo circadiano (sumado al miedo del posgrado). Vamos a ver que pasa hasta eso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario