Talvéz la próxima vez

Cerró sus ojos y respiró fuerte, su corazón latía a mil por hora y el tiempo cada vez se hacía más lento. Parecía que la distancia entre uno y otro se volvía cada menos y de pronto pudo sentir su rostro cerca del suyo. No abría los ojos tal vez por timidez, o por miedo a que sea el despertar de su sueño, o simplemente por cliché. Nunca lo sabrá, solo que lo inevitable se acercaba, mientras sus brazos lo apretaban más a su cuerpo. Era como una película en cámara lenta, y lo entendió cuando sus labios tocaron sus mejillas, el roce fue algo eléctrico; sin embargo no desistió en buscar su boca.
Y de pronto sucedió, seguía con los ojos cerrados pero veía como un sinfín de colores y formas surcaban frente a si, mientras su boca seguía luchando contra la de su rival.
Jamás sabrá que tiempo duró ese momento, solo que una parte suya lo deseaba y otra lo aceptaba tristemente, que el presente no existe y que solo es una chispa del pasado.
Mientras tanto la batalla continuaba apretándose contra su humanidad en un abrazo colosal, con sus sentimientos corriendo desde sus hombros hasta sus manos entrelazadas formando un círculo infinito. Los sentimientos afloraron en ese lapso de eternidad, y se colaron en su memoria permanente.

Pero todo tiene su principio y final, y abrió sus ojos. Ahí estaba frente a su mirada quien creía que sería su consorte en un universo alterno, sin compartir su emoción. Simplemente tocó despertar y aceptar su realidad no correspondida. Se soltó rompió el lazo separando sus manos, pero el hechizo no se perdió... sabía que tardaría en desaperecer el efecto. Al menos disfrutaría mientras la sensación agonize. Talvez en otra vida, talvez encuentre un alma mejor, talvez nunca más.