Una noche fria y lluviosa, como de película melancólica o libro de poema depresivo; frente a un vaso de cerveza espumante acompañado de una botella media llena, y de fondo los Rollings Stones endulzando el ambiente con su Angie. Afuera del bar, el diluvio convertia las escaleras en una fuente como la de algun palacio Babilonio; por lo que intuyó que se quedaría un buen rato.
El cigarrillo lanzaba sus ultimos suspiros volátiles entre sus dedos, hasta que expiró en una aspirada final. Así como la oscura sensación del personaje central.
Por un momento, mientras cerró sus ojos se despego del banquito de madera y en su elevación fue tumbando la mesita con la cerveza... digno de una abducción extraterrenal.
Viajó a un mundo donde estaba frente a su piano y la tipa del girasol a su lado, con el logo del Master Of Reallity en su camiseta, y tarareando Strangers de los Kinks. Ella le sonrió, y luego de rozarle el rostro se levantó lentamente dejando la gran flor dorada en el piano y se fue a la habitación, diciendole con su mirada que lo esperaba. Miró sus manos y sintió el frío de las teclas mientras entonaba armonicamente 'En el Baldío'.
Inhaló el aroma del girasol, sonrió con un suspiro y cerró de nuevo los ojos. Sintió como caía de nuevo a la tierra, al banco de madera con la mesa caida y la botella rota. El tipo que estaba a su lado le ayudo a colocar todo en su sitio, por lo que le agradeció con una benia y le regaló una nueva sonrisa suspirosa al vaso (ahora vacío).
- Mejor no vuelvo a fumar esta pendejada - se dijo en voz baja, como para sí mismo; mientras con su índice y pulgar derecho acariciaba el aro de oro blanco en su dedo anular izquierdo.
- Talvez sea una respuesta, una epifanía o como le dicen ustedes.. una revelación - le dijo el tipo sentado al lado, el que le ayudó a levantarse. - Talvez esta es tu "oportunidad oportuna" como dice la canción... el resto es sencillo y precio accesible - seguida de la típica risa maliciosa, como villano de tira cómica.
El protagonista lo miró con mirada tranquila pero curiosa. De pronto el otro individuo se colocó su sombrero, se levantó cortésmente y antes de dirigirse a la puerta, le puso un girasol en su mesita. El pianista se levantó después dejando la flor, se acercó a la puerta donde estaba el misterioso tipo y viendo el diluvio de afuera, le dijo:
- En un universo alterno estoy por ahi entrando a esa habitación ahorita con ella, pero por ahora estoy tranquilo en este. Talvez en otra vida será... - y se fue en el aguacero.
- Talvez - dijo el que se quedó en la puerta del bar - Talvez..
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