Se enteró que tuvo un chico (con cara de buena gente) de pareja, que no llenó sus expectativas (y perversiones) así que fue ejecutado y exiliado al baúl de los recuerdos. Luego supo que se hizo una insignia de porvida en la parte posterior de su cuello, con simbolismo de la eternidad faraónica... asumo que ella no lo vio desde ese punto de vista.
Una salida a comer hamburguesas, su tormentosa vida, y una improvisada conversación radial en una sala de ensayo (inexistente en la actualidad) con un interludio no muy glamuroso de Daddy Yankee.
Y desapareció de nuevo del mundo, llevándose como rehén su boina (la cual ya dio por perdida). No negaría que sus demonios extrañaron a ese prospecto de doctora de mente fresca y "sometedora".
El tiempo pasó y por cortesía de otra red social, se enteró de su existencia, esta vez con otra pareja diferente; del mismo sexo. Alarmante y desafiante para un mundo conservador. Pero que importa si uno es feliz sin dañar a nadie. Después de todo solo somos aves de paso en un mundo lleno de murmureos.
Y ahora terminó la primera de sus etapas en este calvario de lágrimas que le regaló la carrera que tanto ama (y yo también). Una felicitación, un abrazo y una invitación pendiente a una cerveza no basta, viniendo de parte de un medico errante hacia una reencarnación de Safo, que ahora es colega y tal vez algún día jefa de éste. Quién sabe, la vida sabe sorprendernos con cada bocanada de aire.
Ahora empieza a caminar sola en el camino de su vida laboral, pero con una compañera en su mundo sentimental, así que será interesante el siguiente capítulo de su vida. Mientras tanto, que los dioses decidan que nueva barrera le pondrán ahora. Salud.
“Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Yavé y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos.” Ruth 1:16-17
El tiempo pasó y por cortesía de otra red social, se enteró de su existencia, esta vez con otra pareja diferente; del mismo sexo. Alarmante y desafiante para un mundo conservador. Pero que importa si uno es feliz sin dañar a nadie. Después de todo solo somos aves de paso en un mundo lleno de murmureos.
Y ahora terminó la primera de sus etapas en este calvario de lágrimas que le regaló la carrera que tanto ama (y yo también). Una felicitación, un abrazo y una invitación pendiente a una cerveza no basta, viniendo de parte de un medico errante hacia una reencarnación de Safo, que ahora es colega y tal vez algún día jefa de éste. Quién sabe, la vida sabe sorprendernos con cada bocanada de aire.
Ahora empieza a caminar sola en el camino de su vida laboral, pero con una compañera en su mundo sentimental, así que será interesante el siguiente capítulo de su vida. Mientras tanto, que los dioses decidan que nueva barrera le pondrán ahora. Salud.
“Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Yavé y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos.” Ruth 1:16-17
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