Sólo basto 17 segundos para darme cuenta que era la primera vez que no temía la reacción intempestiva de una niña de 5 años, que respondía con voz gutural de Cannibal Corpse su nombre:
- me llamo Keylaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
buena primera impresión, no tan majestuosa como verla bailar regueton (con todos sus obscenos pasos que la encaminan a un embarazo prematuro), y su incansable estado neurotico por la que pasamos todos a esa edad.
El mundo nos vale, no hay dolor, y todo es mimos cariños y juegos (y uno que otro castigo de cabeza en un balde de agua helada)... Encantado de conocerte Keyla, talvez nadie te ha dedicado un espacio en un blog, pero me tomo esa magistral "molestia" de hacerlo. Espero que nunca crezcas.
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